Cuando una mujer abre la boca
su lengua se empeña en lamer la dureza:
Puede ser la dureza de la vida,
la dureza del dolor con sus dientes esmaltados y perfectos.
La dureza del tiempo que desaparece.
O puede ser que su boca se abra
para lamer, como perra cálida y protectora
la cara de sus hijos,
o el sexo del hombre hasta derretirlo
y enjugarlo de sal,
hasta limpiarlo de su ímpetu
y dejarlo palpitante y lánguido entre los dientes.
Cuando una mujer abre la boca
su lengua quiere decir otro lenguaje,
nombrar otros nombres,
poner saliva entre las puertas
que se abren de un alma a otra.
Limar. Limpiar. Lamer.
Tantas cosas, tanto intento, tanto de lo perdido,
existe en la boca abierta de una mujer.
(Gioconda Belli)
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