lunes, 17 de diciembre de 2007

Cuando una mujer abre la boca


su lengua se empeña en lamer la dureza:


Puede ser la dureza de la vida,


la dureza del dolor con sus dientes esmaltados y perfectos.


La dureza del tiempo que desaparece.




O puede ser que su boca se abra


para lamer, como perra cálida y protectora


la cara de sus hijos,


o el sexo del hombre hasta derretirlo


y enjugarlo de sal,


hasta limpiarlo de su ímpetu


y dejarlo palpitante y lánguido entre los dientes.




Cuando una mujer abre la boca


su lengua quiere decir otro lenguaje,


nombrar otros nombres,


poner saliva entre las puertas


que se abren de un alma a otra.




Limar. Limpiar. Lamer.


Tantas cosas, tanto intento, tanto de lo perdido,


existe en la boca abierta de una mujer.


(Gioconda Belli)





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